El
27 de Agosto realizamos una entrevista a
Luis Lofeudo miembro y conductor de Cultura Vallese, grupo conformado por personas
residentes en Buenos Aires. El arte popular que genera este grupo se expresa en
diferentes disciplinas artísticas como por ejemplo esculturas y murales entre otras actividades
también. En sus proyectos está muy presente la identidad indígena, donde estos artistas
lo representan a través del arte construyendo enormes guerreros indígenas que
lucharon por la libertad de sus pueblos. Son esculturas que miden desde 4 hasta
17 metros o más y están confeccionados con la chatarra que la gente desecha.
Durante la entrevista del 27 de Agosto del 2014 en
Buenos Aires, Luis Lofeudo nos describió paso a paso cada una de las obras que fueron
realizando en distintos puntos de la Argentina y también los proyectos futuros
que tienen pensado trabajar en profundidad. Cultura Vallese (en homenaje a
Felipe Vallese, el primer trabajador desaparecido en 1963) se fue conformando
hace cinco años atrás con ideas renovadas y apuntando a una cuestión social
popular e indígena. El grupo está conformado alrededor de 60 y más personas
según la obra que realicen.
Luis nos cuenta el motivo que los impulsó a trabajar
en la visibilización de Pueblos Originarios a través del arte “Hace unos cinco
años más o menos nos relacionamos con la Comunidad India Quilmes de la Nación
Diaguita en los Valles Calchaquíes de Tucumán, firmamos un pacto de hermandad
donde colaboramos solidariamente en diferentes cuestiones, donde el apoyo
cultural es muy importante. En la entrada de la casa de la comunidad,
turísticamente llamada como las Ruinas de los Quilmes, hicimos en el lugar una
escultura del Cacique Pancho (Francisco) Chaile y también unos murales en
frente y dentro de la casa de la comunidad”.
En el mes de Diciembre del 2013 en la ciudad de Navarro
provincia de Buenos Aires, Cultura Vallese montó una escultura del Indio
Bombero o Indio Pampa de 9 metros de alto, un Indio Bombero que se paraba en el
anca del caballo y observaba donde venía el ejército. Navarro fue el sitio
donde se hizo la última montonera.
Es importante destacar la construcción de la
escultura de un indígena ranquel llamado Arbolito en la ciudad de Coronel Rauch
provincia de Buenos Aires, ubicado en la plaza principal y acechando al
monumento de Sarmiento. Arbolito era un ranquel que precisamente mató al Coronel
Rauch luego que este aniquilara a su pueblo. La escultura mide unos 4 o 5
metros de alto. El trabajo se realizó en Diciembre 2013 en el marco de una
campaña llamada Ni Genocidas, Ni Represores, Ni Explotadores en nuestras
calles, ciudades, distritos, plazas, hospitales y edificios públicos.
El 29 de Junio del 2014 en la Costanera de la ciudad
de Corrientes capital, se inauguró la obra luego de 40 días de construcción que
tiene como figura central a Andrés Guacurarí, acompañado por su Ejército de
Guaraníes de los Pueblos Libres, así se llamó la obra. Andrés está en la
escultura junto a los jinetes Vicente Tiraparé, Matías Abucú, el cura Fray José
Acevedo, el almirante Pedro Campbell y Melchora su esposa. Es una escultura de
17 metros de altura y se utilizaron 30 toneladas de hierro reciclado. Andres Guacurarí
era de origen guaraní e hijo adoptivo del General Artigas; defensor de los
principios federalistas de su padre adoptivo, también reivindicó la identidad
de los pueblos originarios, reconocido post mortem con el cargo de Comandante.
La inauguración se realizó en la provincia de Corrientes en honor al 199
Aniversario de la conformación de la Liga de los Pueblos Libres, que promovía
la independencia de todo poder extranjero.
Luego de realizar el homenaje a Andresito en
Corrientes, Cultura Vallese viajó a
Punta Indio provincia de Buenos Aires a 140 kilómetros de Capital Federal, para
realizar otra de sus obras llamada El Querandí. Esta escultura mide 9 metros de
alto realizado también con hierros de desecho y situado en el balneario de la
playa El Picaflor de Punta Indio.
Luis nos cuenta los futuros proyectos cercanos del
grupo ”Tenemos muchos murales realizados y una de las próximas esculturas es un
monumento inmenso de 12 o más metros de alto y un desarrollo de unos 200 metros
respecto a la masacre de Napalpí en Chaco, este monumento va a estar sobre un
cruce de ruta donde los ancestros de los sobrevivientes se reunían para un
encuentro, es un proyecto hermoso que nos tiene apasionados entre otros
materiales va a tener mucho vitro. El 12 viajamos al Chaco a ver si obtenemos
los permisos para comenzar con la construcción”.
Luis se despide de esta entrevista compartiendo con
nosotros su experiencia y cuál es el motor que los impulsa a construir “Nuestras acciones no son invasivas, son
consensuadas con la gente del lugar y también son participativas. Asumimos
responsablemente estas acciones, de hecho mientras realizamos una escultura,
enseñamos a los que se suman a soldar, también hacemos talleres de capacitación
y proyección de documentales. Cuando organismos oficiales nos piden algún
trabajo pedimos que se nos cubra el alojamiento, la comida y algunos insumos
como electrodos y discos de corte. Somos independientes y no cobramos las obras que tienen
connotaciones sociales, las donamos a los pueblos. Somos 30 personas con un
segundo arco de 30 personas y depende de la actividad llegamos a ser 200
personas, intentamos mantener un buen clima de compañerismo y resolvemos en una
semana trabajos que a cualquier otro escultor le llevan un par de años.
Realmente somos felices con lo que hacemos con nuestro trabajo comunitario. Uno
de los máximos motores de nuestra inspiración es la lucha que llevaban las
comunidades por el territorio, fue lo que nos movilizó a participar haciendo
visible desde el arte, esa lucha y sus derechos ancestrales y contra la
exclusión que se ha generado con las comunidades, respetamos mucho su
cosmovisión”.
Jakeline Mariaca
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